sábado, 4 de diciembre de 2010
Treinta años de la muerte de John Lennon.
Recuerdo que fui a visitar a Enrique Porte y en su puerta estaba una foto de John Lennon con una cinta negra. No podía creer que John Lennon hubiera muerto. Había desafiado la vida de tantas maneras... que la muerte lo atrapó descuidado, mas no olvidado. Viendo la obra de Paul Salazar: "Yo soy John Lennon", lloré recordando bellos momentos que vivimos. ¿Cómo alguien a quien no conocíamos formaba parte tan íntima de nuestras vidas? Era Lennon, odiábamos y odiamos a Yoko. La vemos como quien separó a los Beatles. Algo único en la historia musical, perfecto, necesario, nuestro. Era toda una época.
The Beatles fue un caso singular, como la Callas o Caruso, pero en la música de masas. La ópera es un arte para minorías, cómo cuesta hacer que alguien oiga ópera. Yo juntaba varias mesadas semanales, solo esperando que saliera un disco de The Beatles para comprarlo. Conozco sus canciones, sus voces, su vida, su manera de vestirse. Me gustaba y me gusta ese desparpajo, ese cambio, ya no volvimos a ser lo que éramos, habíamos cambiado. De ahí en adelante el mundo sería diferente. El 8 de diciembre se cumplen 30 años de su muerte, increíble. Y sigue doliendo igual.Y sus canciones nos siguen tocando y su voz nos sigue representando.
Una generación marcada por la música, donde The Beatles fueron y siguen siendo los protagonistas. Pero Lennon era Lennon, en solitario también marcó a toda una generación.