domingo, 9 de diciembre de 2007

Doris Lessing


EL PREMIO SE ENTREGARÁ EL LUNES
Lessing denuncia la falta de oportunidades en los países pobres en su discurso del Nobel
El texto de la británica lleva el sarcástico título 'No ganar el Premio Nobel'
'Somos un montón sobresaturado, nosotros en nuestro mundo', afirma

THOMAS BORCHERT (DPA)
ESTOCOLMO.- El que haya recibido el Nobel de Literatura a una edad avanzada no ha templado el carácter de Doris Lessing. La escritora, de 88 años, ha hecho en su discurso, leído en Estocolmo, una dura denuncia de la falta de oportunidades de las personas en los países pobres y la mentalidad de desechar todo rápidamente de la parte occidental del mundo. El galardón se entrega el próximo lunes.

Lessing no participará en la ceremonia de entrega por problemas de salud y ha hecho leer su texto en la capital sueca a su editor, el también británico Nicholas Pearson.

"Somos un montón sobresaturado, nosotros en nuestro mundo, en nuestro mundo amenazado. Somos muy rápidos con la ironía y el cinismo", señala en el texto, que lleva el sarcástico título 'No ganar el Premio Nobel'.

Lessing destaca una y otra vez el hambre de lectura y formación que tienen los alumnos en países pobres como Zimbabwe, donde vivió un cuarto de siglo, hasta 1949. Dado que en una escuela normal de ese país no hay dinero ni para tiza, y muchos menos para libros, las consecuencias son previsibles: "No creo que tantos alumnos de esa escuela puedan recibir galardones".

Por el contrario, afirmó, se puede estar "bastante seguro" de que sí puede ser ése el caso de una conocida escuela de varones con bonitos edificios en el norte de Londres, que ella visitó en su calidad de escritora conocida. Según asegura, allí no percibió ningún hambre por saber: "Seguramente todo aquel que da discursos recuerda ese momento en que mira y sólo ve rostros inexpresivos".

En Londres, cuando aparece una escritora nueva sólo se pregunta: "¿Es guapa?". Y en el caso de los hombres: "¿Carismático? ¿Atractivo?" "Hacemos bromas, pero eso no es gracioso", sostiene Lessing.

La autora de 'El cuaderno dorado' (1963) tampoco tiene piedad para Internet. "Sedujo a toda una generación con sus nimiedades, de manera que incluso las personas más o menos razonables admiten que es muy difícil desprenderse cuando uno se vuelve adicto".

Los que no recogieron su premio
Con su discurso, Lessing se suma a una singular serie de ganadores del Nobel de Literatura que se quedaron en casa enfermos o enfadados y no acudieron a la ceremonia en Estocolmo.

En 2005, lo hizo el compatriota de Lessing Harold Pinter (77) y antes la austríaca Elfriede Jelinek (61), que cancelaron su participación por enfermedad y enviaron sus discursos grabados en video a la capital sueca, ambos marcados por el enfado y la amargura.

Pinter leyó desde un estudio de la BBC en Londres con su voz debilitada por el cáncer una dura acusación contra el intento de EEUU de hacerse con el dominio del mundo. Jelinek lamentó ante una cadena televisiva vienesa en su discurso titulado 'Fuera de juego' el papel de la sociedad y su decadencia lingüística.

Doris Lessing tuvo que cancelar un día antes la lectura que ella misma iba a hacer. Pero seguramente la ausencia en las pomposas celebraciones del Nobel en Estocolmo la semana que viene es el problema menor para la escritora.

Cuando a fines de octubre le contaron cuál había sido la argumentación para darle el Nobel —"narradora épica de la experiencia femenina, que se propuso analizar una civilización fragmentada con escepticismo, pasión y fuerza visionaria"— comentó: "¿De verdad dijeron eso? Qué ridículo".

A continuación explicó que hace más de 30 años uno de los jurados le dijo con muy malos modos que nunca recibiría el Nobel de Literatura.

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