domingo, 13 de diciembre de 2009
La Mujer y el Hombre
El hombre es: la más elevada de las criaturas.
La mujer es: el más sublime de los ideales.
El hombre es: el águila que vuela.
La mujer es: el ruiseñor que canta.
Volar es: dominar el espacio.
Cantar es: conquistar el alma.
El hombre es: el cerebro.
La mujer es: el corazón.
El cerebro ilumina. El corazón produce amor.
La luz fecunda. El amor resucita.
El hombre es el genio.
La mujer es el ángel.
El genio es inmensurable. El ángel es indefinible.
Las aspiración del hombre es la suprema gloria.
La aspiración de la mujer es la virtud eterna.
La gloria engrandece. La virtud diviniza.
El hombre tiene la supremacía.
La mujer, la preferencia.
La supremacía significa fuerza.
La preferencia representa el derecho.
El hombre es fuerte por la razón.
La mujer es invencible por las lágrimas.
La razón convence. Las lágrimas conmueven.
El hombre es capaz de todos los heroísmos.
La mujer es capaz de todos los sacrificios.
El heroísmo ennoblece. El sacrificio sublimiza.
El hombre tiene un farol: la conciencia.
La mujer tiene una estrella: la esperanza.
La conciencia guía. La esperanza salva.
El hombre es un océano.
La mujer es un lago.
El océano tiene la perla que lo adorna.
El lago tiene la poesía que lo deslumbra.
En fin:
El hombre está colocado en donde termina la tierra;
y la mujer en donde comienza el cielo.
- Víctor Hugo
sábado, 12 de diciembre de 2009
Alfonsina Storni se despide, dispuesta a todo
Fechado en Panamá
Rolando Gabrielli
¿Es más importante la muerte que la vida de un poeta? La pregunta no devolverá la ausencia que dejó Alfonsina Storni al partir, entre el mito y la desesperación. Se despidió en el poema: “¡Adiós!”:
Las cosas que mueren jamás resucitan,
las cosas que mueren no tornan jamás.
¡Se quiebran los vasos y el vidrio que queda
es polvo por siempre y por siempre será!
Cuando los capullos caen de la rama
dos veces seguidas no florecerán...
El abismo y el vértigo no mueren, Alfonsina, alguien se hará cargo de sus pasos. Hay quienes piensan que dejaste la razón y te enamoraste del vacío. Algunos tocan trompetas para anunciar sus propias tempestades. El mito se renueva y yo siento el eco en un caracol de mar, el viento que lo trae en tu voz.
¿Es mejor saber que no saber? ¿Tú me preguntas a mí o ambos sabemos la respuesta? No tardará en salir el sol aquí y estoy frente al mar. El horizonte se deja ver, pero no tocar. El pasado es a veces un perro sin dientes, idolatrado por el olvido. ¿La grandeza del mar es dejar que lo circunden de tierra y naufraguen una y mil veces?
Alfonsina se despide en el poema de su amigo entrañable, Horacio Quiroga, quien no pudo llevársela a vivir a la selva donde terminó suicidándose... y le escribe un poema al suicida:
Morir como tú, Horacio, en tus cabales,
Y así como en tus cuentos, no está mal;
Un rayo a tiempo y se acabó la feria...
Allá dirán.
Más pudre el miedo, Horacio, que la muerte
Que a las espaldas va.
Bebiste bien, que luego sonreías...
Allá dirán.
Menos de dos años después, Alfonsina decidió partir, y para ello escogió las aguas de Mar del Plata... Alfonsina decía que su nombre quería decir, dispuesta a todo. Fue, sin duda, una mujer apasionada, de avanzada en su tiempo. De origen suizo, su familia se residenció en la Argentina. Trabajó como obrera a los 14 años de edad, mesera y en el teatro. Finalmente se hizo maestra rural, como Gabriela Mistral, que siempre tuvo elogios para su poesía y cabellera. Alcanzó varios premios y reconocimientos importantes por la crítica en su época.
Fue un 25 de octubre cuando decidió partir, hace 71 años. Y no deja de hacer noticia y ser recordada desde ese entonces, tal y como ella lo solicitara en una carta de despedida encontrada hace unos días en la Sociedad Argentina de Escritores. La carta está dirigida a su amigo Manuel Galvez y no tiene fecha. Le da las gracias y un adiós.
martes, 8 de diciembre de 2009
Biografia John Lennon
El 9 de octubre de 1940, bajo las bombas de un ataque sobre Liverpool de la aviacion alemana, nació John Winston Lennon. Su padre ejercia la profesion de marino y terminó divorciándose de su madre, Julia Stanley, cuando John tenía cuatro años.
También la madre se desentendió del pequeño, al que se consideraba incapaz de criar, que acabó bajo el cuidado de su tía Mimi. John encontraba cierta afición a la música y a pintar figuras grotescas y lisiados.
La situación estratégica del puerto de Liverpool convertía la ciudad en un lugar de paso para todas las tendencias musicales que llegaban de los Estados Unidos, y John creció escuchando a Little Richard, Chuck Berry, Ray Charles, Buddy Holly y muchos otros fenómenos del rock del country y el rhythm and blues.
Su infancia transcurrió en una relativa monotonía que con los años John llegó a añorar como una época feliz. Decía no conservar recuerdos demasiado felices ni demasiado desgraciados de aquellos años, y se sintió siempre muy afortunado por haber contado con su tía, especialmente después de la muerte de su madre, y a pesar de las diferencias culturales que mantenía con ella.
Por recomendación de sus profesores, que a pesar de sus mediocres resultados académicos quisieron ver en él cierto talento artístico, ingresó en la escuela de Bellas Artes donde conoció a Cynthia Powell, que con el tiempo sería su primera esposa.
A los quince años, todavía en Bellas Artes, decidió responder a su vocación musical y formó un grupo llamado "The Quarrymen". Poco después le presentan a un joven guitarrista llamado James Paul McCartney, al que invita a ingresar en el grupo animado por su habilidad para afinar guitarras.
Paul le presenta también a George Harrison, que se une a ellos en 1958. Fueron probando varios nombres, como "Johnny and the Moondogs" y "The Nurk Twins".
Por entonces, John acababa de redescubrir a su madre, cuyos problemas la habían mantenido al margen de su infancia, y con la que estaba iniciando una excelente relación. De repente, ese mismo año la madre de John murió atropellada por un policía borracho provocando en John un trauma del que nunca llegó a recuperarse. Se traslada de nuevo a casa de su tía y se dedica infructuosamente a buscar trabajo durante algun tiempo.
En 1960 el grupo reaparece con el nombre "Long John and the Silver Beatles", para luego probar con "The Silver Beatles" y finalmente "The Beatles". La explicación del nombre proviene de un juego de palabras del propio Lennon, que combinó Beat (ritmo) con Beetle (escarabajo).
Acompañando a Johnny Gentle junto con algunos músicos profesionales, los tres jóvenes viajaron a Escocia durante algunos meses, participaron en la parte musical de un espectáculo de Strip-tease y pasaron una temporada actuando en el barrio chino de Hamburgo.
De regreso a Liverpool se convirtieron en el grupo habitual del pub The Cavern hasta que en 1961 el propietario de una tienda de discos, llamado Brian Epstein, les propuso ofrecerse como manager, a cambio del 25 % de los beneficios.
En agosto de 1962 se celebra la boda de John y Cynthia Powell. De su matrimonio nacerá Julian, pero el éxito del grupo los irá distanciando.
Ringo Starr completó la formación de los Beatles al incorporarse en 1962 para sustituir a Pete Best, que en la batería no estaba al nivel de sus compañeros. El éxito de The Beatles pertenece a la historia de la Humanidad y les valió a sus integrantes el nombramiento en 1965 como Caballeros de la Orden del Imperio Británico.
Transcurren varios años de éxitos continuos, disputas, reconciliaciones y polémicas causadas por las declaraciones de Lennon, como la ocasión en que afirmó que los Beatles eran más famosos que el propio Jesucristo.
La muerte de Brian Epstein por sobredosis en 1967, y la boda de Lennon con la artista japonesa Yoko Ono celebrada en Gibraltar en 1968, fueron los desencadenantes de una ruptura que se gestaba desde hacía tiempo. Fue Lennon quien anunció la disolución del grupo en abril de 1970 con la célebre frase "el sueño se ha acabado".
Su temprano lanzamiento como escritor, con sus dos libros de poesía "In his own words" y "A spaniard in the works" de notable éxito, fueron buena muestra de que Lennon siempre tenía otras cosas en mente. Al conocer a Yoko Ono en 1966 y al intensificar sus mutuas relaciones, el tandem Lennon, McCartney dejó paso al nuevo Lennon-Ono, esto fue en cierta manera el origen del final de los Beatles. Yoko Ono fue la compañera de una trilogía de LPs que marcaron el inicio de la carrera de John fuera de los Beatles. Dichos LPs, todos lanzados en Apple, fueron "Two virgins", con la famosa portada con la foto del desnudo total de Lennon y Ono, "Life with the lions" y "Wedding album". Eran más bien experimentos conceptuales basados en ruido fuertemente influenciados por la carrera de Yoko Ono como artista plástica.
Después de una serie de actividades pacifistas que terminaron con la devolución por parte de Lennon de su condecoración como Miembro de la Orden del Imperio Británico, y que incluían sus famosas "Bed-Ins" y "Bagisms", grabaron "Give Peace A Chance" un himno pacifista compuesto por Lennon y atribuido a la recién formada Plastic Ono Band, dando ocasión al primer éxito de un Beatle fuera del grupo.
Con importantísimos músicos de apoyo, como Eric Clapton, The Plastic Ono Band actuaron en un festival en Canadá, que tuvo como resultado el lanzamiento de "Live Peace In Toronto 1969", que consistía principalmente en versiones de clásicos del rock y el estridente chillido de Yoko, y que contenía también una primitiva versión de "Cold Turkey" que fue luego el título de su siguiente LP, otro directo capturado en vinilo que venía avalado por el acompañamiento de músicos como George Harrison y Keith Moon.
Por esa época fueron invitados por los Rolling Stones a un intento de superprograma para la TV, llamado "Rock and Roll Circus". En realidad fueron invitados todos los Beatles pero sólo asistieron John y Yoko. El resultado fue una serie de números musicales que incluían a John Lennon, Eric Clapton, Keith Richards y Mitch Mitchell, grabados en un escenario circense instalado en los estudios de TV, que nunca llegaron a ser emitidos.
La canción "Instant karma" apareció como una de las últimas aportaciones de Lennon a los Beatles, pero él la consideraba más bien un escape de los constantes malos momentos que el grupo le hacía pasar antes de separarse definitivamente.
En Diciembre de 1970 fue publicado el primer LP de Lennon, sus primeros trabajos originales fuera de los Beatles, y era el resultado de un largo proceso de rehabilitación de su adicción a las drogas duras bajo la dirección del doctor Arthur Janov y su terapia, llamada Primal Scream, le llevó a crear un disco profundamente introspectivo titulado simplemente "Plastic Ono Band", donde encontramos piezas de doloroso exorcismo emocional como "Mother", "Isolation" y otras hasta extremos confesionales difíciles de creer dentro del rock.
El siguiente paso fue "Imagine", el más importante éxito de Lennon en solitario, un LP que contenía también declaraciones reveladoras como "How do you sleep" dirigida a McCartney para aclarar su antipatía, "Jealous guy", bellísima canción después versionada elegantemente por Roxy Music, y la canción que da título al LP, "Imagine", llena de pensamientos profundos. Su emigración a Estados Unidos en 1972 resultó en la creación de un nuevo grupo de acompañamiento, Elephants Memory, con los que John y Yoko, grabaron "Sometime in New York City" un LP repleto de ideales políticos de clara posición izquierdista, y que contenía también extractos de grabaciones en directo y una jam session con The Mothers Of Invention de Frank Zappa, pero aparte de breves momentos de inspiración terminó constituyendo simplemente, un documental.
En 1973 John se separó de Yoko Ono por 15 meses en lo que llamo su largo fin de semana, yendo a parar a California y altemando una vida dedicada al alcohol y a las drogas con la creación de dos LPS "Mind Games" y "Walls and Bridges", que incluían éxitos como "Whatever Gets You Through The Night", acompañado por Elton John, "Nº 9 Dream", "Mind Games", y Aisumasen (I'm Sorry) donde la voz de Lennon nos mantiene en suspense indefinido hasta oir un solo de guitarra excepcional, pero ninguno de estos discos tuvo el recibimiento comercial del anterior "Imagine". Lo mismo sucedió con su LP de tributo a sus héroes de siempre titulado "Rock'n'Roll" y Shaved Fish
Reestablecida su relación con Yoko, quien le dio un hijo, Sean, en 1975, se dedicó durante cinco años a la vida hogareña delegando todo asunto de negocios a Yoko y alimentando la creencia de su retirada definitiva de la música.
Sin embargo en 1980 vuelve a entregarnos un par de LPs repletos de nuevo material, el primero "Double fantasy", fue lanzado al mercado en otoño de ese año. Pocas semanas más tarde fue asesinado en su casa de Nueva York, el 8 de diciembre.
Esta tragedia derrumbó el ansiado sueño de todos los fans de The Beatles de verlos reunidos de nuevo como en los 60. Y también sirvió para convertir en automático éxito a "Double fantasy" y a su siguiente LP póstumo "Milk and honey". Los singles "Watching the wheels", "Woman" y "Just like starting over" fueron enseguida también a las cabezas de las listas, apoyados por un inmenso despliegue de biografías, discos de tributo, reediciones y manifestaciones en diversas ciudades que nos recordaban el permanente deseo de paz en sus canciones y su vida, que fue casi un ejemplo para miles de personas que imaginaron un universo bueno y libre, como en los mejores años del "flower power".
sábado, 5 de diciembre de 2009
Amadé, un actor repugnante Por Ernesto Schoo
Opinión
Aparte de los personajes que les toca interpretar, los actores desempeñan en la sociedad un papel importantísimo, como referentes del imaginario popular. Por eso asombra comprobar su escaso o nulo protagonismo en la literatura de ficción. Aparecen, sí, en novelas y cuentos, pero casi nunca con la misma importancia que en las carteleras.
Cuando Sándor Márai, el admirable novelista húngaro (1900-1989), tenía treinta años, publicó Los rebeldes , cuya traducción española apareció en septiembre último, bajo el sello de Salamandra. Es la historia de cinco muchachos húngaros, de unos dieciocho años, que en los últimos meses de la Primera Guerra Mundial están a punto de ser llevados a las trincheras. A esa edad, la cercanía de la muerte despierta en ellos, aparte de la natural exuberancia juvenil, una suerte de locura, de vértigo, que los lleva a ejecutar las acciones más delirantes. De pronto, en sus vidas, que transcurren monótonas en una pequeña ciudad de provincia, irrumpe un actor, un tal Amadé, miembro de un mediocre elenco errante.
Amadé es un personaje profundamente desagradable; repugnante, casi. Obeso, grasiento, excesivamente adobado y perfumado, no tiene edad, ni facciones definidas. Sin embargo, Márai convence a los lectores de que ese cómico casi obsceno es un gran actor, un intérprete genial, convirtiéndolo en un personaje clave de la historia. Una noche, en el sótano del teatro, ofrece a sus jóvenes amigos una antología de sus papeles favoritos: "Igual que en un baile de disfraces, en pocos minutos apareció ante los ojos de la pandilla una variedad de personajes, a los que el actor interpretaba cambiando simplemente de expresión, sin siquiera anunciar sus nombres. Manipulaba su propio rostro como un virtuoso su instrumento. Moldeaba sus facciones elásticas a voluntad; dilataba las aletas de la nariz y sus mejillas tan pronto se inflaban como se hundían y se llenaban de arrugas (?) Tengo treinta y cuatro rostros -exclamó, inflando la papada-. O treinta y seis (?) Todo el mundo tiene varias caras. Yo, sinceramente, no sé cuál es la auténtica, la de carne y hueso".
* * *
Y esta es la descripción de una visita nocturna de la pandilla al teatro vacío, a oscuras: "Pero sobre todo predominaba ese olor inconfundible y particular del teatro, una esencia destilada de las candilejas, de palabras grandilocuentes y de gestos afectados; un aroma potente, casi carnal, que impregna la ropa, la piel y el pelo de quienes trabajan en él, incluso cuando se encuentran fuera del escenario". Márai sabía de lo que narraba.
Aparte de los personajes que les toca interpretar, los actores desempeñan en la sociedad un papel importantísimo, como referentes del imaginario popular. Por eso asombra comprobar su escaso o nulo protagonismo en la literatura de ficción. Aparecen, sí, en novelas y cuentos, pero casi nunca con la misma importancia que en las carteleras.
Cuando Sándor Márai, el admirable novelista húngaro (1900-1989), tenía treinta años, publicó Los rebeldes , cuya traducción española apareció en septiembre último, bajo el sello de Salamandra. Es la historia de cinco muchachos húngaros, de unos dieciocho años, que en los últimos meses de la Primera Guerra Mundial están a punto de ser llevados a las trincheras. A esa edad, la cercanía de la muerte despierta en ellos, aparte de la natural exuberancia juvenil, una suerte de locura, de vértigo, que los lleva a ejecutar las acciones más delirantes. De pronto, en sus vidas, que transcurren monótonas en una pequeña ciudad de provincia, irrumpe un actor, un tal Amadé, miembro de un mediocre elenco errante.
Amadé es un personaje profundamente desagradable; repugnante, casi. Obeso, grasiento, excesivamente adobado y perfumado, no tiene edad, ni facciones definidas. Sin embargo, Márai convence a los lectores de que ese cómico casi obsceno es un gran actor, un intérprete genial, convirtiéndolo en un personaje clave de la historia. Una noche, en el sótano del teatro, ofrece a sus jóvenes amigos una antología de sus papeles favoritos: "Igual que en un baile de disfraces, en pocos minutos apareció ante los ojos de la pandilla una variedad de personajes, a los que el actor interpretaba cambiando simplemente de expresión, sin siquiera anunciar sus nombres. Manipulaba su propio rostro como un virtuoso su instrumento. Moldeaba sus facciones elásticas a voluntad; dilataba las aletas de la nariz y sus mejillas tan pronto se inflaban como se hundían y se llenaban de arrugas (?) Tengo treinta y cuatro rostros -exclamó, inflando la papada-. O treinta y seis (?) Todo el mundo tiene varias caras. Yo, sinceramente, no sé cuál es la auténtica, la de carne y hueso".
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Y esta es la descripción de una visita nocturna de la pandilla al teatro vacío, a oscuras: "Pero sobre todo predominaba ese olor inconfundible y particular del teatro, una esencia destilada de las candilejas, de palabras grandilocuentes y de gestos afectados; un aroma potente, casi carnal, que impregna la ropa, la piel y el pelo de quienes trabajan en él, incluso cuando se encuentran fuera del escenario". Márai sabía de lo que narraba.
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